Pasado, Presente y Futuro

- ¿Lo ves? Estás ahí. Sigues estándolo.
- Pero… ¿Cómo es posible? Yo… yo, estoy aquí, mueerr…
- No, no lo estás- Lo interrumpió tajantemente el ser encapuchado- Claro, que no estás muerto, no estarías aquí,- se interrumpió pensativo, más prosiguió- no… Tú debes tener una misión que cumplir, pocas personas han logrado transcender la singularidad, y tú…. ¿Qué tienes Tedh? ¿Qué te hace tan especial?
- No lo sé, dímelo tú, no debería estar aquí, y… sin embargo, tal y como me has mostrado, estoy aquí y allí a la vez. ¡Esto no puede ser real! ¡Es imposible!

- ¿Imposible? ¿Cuántas cosas has hecho en tu vida que te han mostrado que esa, no es la verdad? Dímelo Tedh, dímelo, quiero, tenemos que descubrir que haces aquí…


 La oscuridad lo envolvía todo, pero se podía distinguir su figura envuelta en un fulgor de tono carmesí, era una sombra, una sombra que iba de aquí para ya, pensando, divagando, interrogando sobre el pasado, presente y futuro, y, preguntándose, quién era aquel cuya “vida” le había sido encomendada, pues, más su nombre no comprendía a acertar los destinos de Tedh.
Y, Tedh, por su parte, ese chico, ese chico que en su día diera su vida por un sueño, no podía por más pensar en los destinos que les estaban por aquel entonces marcando. Había vivido tanto en tan breve tiempo, que, definitivamente, no le parecía tan descabellada la idea de seguir vivo en la misma muerte, o, como su anfitrión se refería a ella, la singularidad.
Atrás, quedó su explicación, aunque el concepto de atrás en la singularidad no existiera, simplemente el tiempo iba y venía, pasado y futuro se mezclaban y el tiempo finalmente se perdía para no existir. La singularidad, era para los mortales lo que en su día el científico Albert Einstein había definido a través de su teoría de la Relatividad General, como una zona del espacio tiempo donde no se pude medir magnitud física alguna relacionada con los campos gravitatorios. El ser le había explicado, que, tales parámetros, se cumplían dentro de lo que los humanos llamaban Agujeros Negros y lo que ellos suponían como el comienzo de todo, el Big Bang.
Tedh, comprendía todo lo que se le exponía, sus concepciones de física eran bastantes rudimentarias para los tiempos en el que vivía, pero, sabía lo suficiente como para saber todo lo referente a las teorías relativistas de Einstein. Es por ello que le costase tan poco comprender que sólo había dejado de existir, pero, que, de alguna manera, tal y como las partículas hacían, podría volver en cualquier instante a su tiempo y espacio, pues se encontraba dentro de una singularidad espacio-temporal.
La sombra, pronto le mostraría el poder que ejercía la singularidad, y como en un sueño, otra vez estaba allí, como si nada hubiera ocurrido, el día que le prometió que jamás le pasaría nada, aquel día que firmó su propia sentencia, y luego, luego vinieron las preguntas. Seguía estando allí, y también se encontraba en la oscuridad, era todo tan confuso, tan sombrío…

- Tú, tu eres el que debes darme la respuesta, yo no lo sé- le espetó Tedh.
- ¿Yo? ¿Y qué conseguiríamos con ello?-Reflexionó antes de continuar- No, yo no debo decirte nada, aunque, tengo dudas sobre el fin que te ha traído hasta aquí, deberás ser tú mismo el que busque las respuestas, de aquellas preguntas que por tu mente puedo admirar como desfilan.
- Pero, necesito ayuda, ¡no sé qué hacer!, como buscar las preguntas correctas… ¿qué es lo que tengo que hacer para hallarlas?
- Es muy simple, lo único que debes hacer es bucear en tu pasado, buscar los motivos que defendiste para los cuales actuaste, y, si eso no funcionara, o no fuera suficiente, viaja por el presente, vuela hacia el futuro. No puedes pararte, debes seguir un camino. Aunque, recuerda, el tiempo fluye, rebota, y sus posibilidades no se agotan.
- El pasado… Sí, ¡eso es! Pero, ¿por dónde empezar?
- Tú sabrás chico, cuéntame todo lo que recuerdes, ¿dónde empezó tu historia?
- Mi, ¿historia?
- Si, exacto, ¿tendrás algo que contar, no es así? ¿O te lo vas a guardar para ti?
- Bueno, si con ello consigues guiarme y puedes sacar conclusiones que te ayuden también a deducir el encuentro tan raro que se ha dado, así lo haré.

- Cuéntame, soy todo oídos- y, con una carcajada que inundó la noche más oscura, el tiempo regresó sobre sí, para darle a Tedh, una segunda oportunidad, o más bien la posibilidad de descubrir algo más sobre sí mismo, algo, que en su vida mortal, como todos los seres humanos, jamás hubiera imaginado.

Continuará….

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