Gracias por estos 33 años
Al mirar hacia atrás, al trazar los hilos invisibles que han tejido mi vida, me invade una gratitud inmensa, una sensación difícil de contener, que surge de lo más profundo de mi ser. Es como un murmullo suave que se extiende, un suspiro que se despliega, un eco que recorre cada rincón de mi alma. Los años recorridos no son solo números; se trata de una sucesión de momentos entrelazados, cargados de lecciones, de pasiones, de despedidas, de abrazos, marcados por las personas que se cruzaron en mi camino. Y dentro de ese vasto círculo de seres que han tocado mi vida, está mi familia, esa raíz primordial que da sentido a mi existencia. Mi familia, la tierra fértil donde se han sembrado mis sueños, mis temores y mis esperanzas, siempre ha sido el pilar sobre el que he crecido. En ella, cada uno de sus miembros, con su propia esencia, ha dejado una huella indeleble que ha marcado mi ser. Mis padres, los arquitectos de mi vida, han sido la guía constante, el refugio seguro cuando la...