The Hum: El Latido del Planeta


            Nuestro mundo está lleno de misterios, los cuales jamás apenas lleguemos a comenzar a entender.

            Nuestro planeta, la Tierra. Gaia, La Pachamama. ¿Viva? Quizás. ¿Sus hijos? Seguro.
            Resultó, finalmente, cuando las personas del mundo abandonaron la esperanza de que ella, la Tierra, les hablara, sucedería algo que lo cambiaría todo.


            1991, varias personas del poblado de Taos en Nuevo México, Estados Unidos, empiezan a escuchar un desconcertante zumbido, algo, que causará la sorpresa de toda la comunidad y que será el disparadero de salida de uno de los misterios más acuciantes que se recuerden en los últimos tiempos.
            Las explicaciones no tardaron en llegar. Entre ellas se encuentran las siguientes:

·         Se trata de algún efecto de naturaleza geológica relacionado con las tectónicas de placas.

·         Ondas electromagnéticas causadas por el viento solar o meteoritos al introducirse en la atmósfera terrestre y ser retenidas por la magnetosfera del planeta.

·         Los sistemas de comunicaciones submarinas operando en ELF (Extremely Low Frequency). Aunque no se explicaría el hecho de que no fuera detectado el sonido hasta 1991, habiéndose llevado utilizando desde 1987.

·         Para finalizar, la propuesta más sencilla, una lesión en el tímpano de aquellas personas que creen oír el sonido y que sin embargo son reproducciones de sonidos naturales que debido a la supuesta lesión pueden llegar a escuchar. 

Lo que la mayor parte de las personas no saben es que estos sonidos de la Tierra llevan siendo escuchados desde hace decenas de años, quien sabe si más.
Lo que hace realmente difícil que pueda escucharse es como consecuencia de que el sonido es expedido cerca del umbral del que el ser humano es capaz de escuchar, entre los 20 hz y los 20 khz. Concentrándose la mayor parte de ellos entre los 33 y 80 hertzios.

Los registros nos llevan como mínimo a los años 70, a la ciudad de Bristol, donde más de 800 personas afirmaron que por unos momentos pudieron escuchar un molesto zumbido.
Tras los análisis pertinentes, concluyeron que estos eran a causa de sonidos ordinarios, es decir, ruido de tráfico y de la maquinaria de  fábricas colindantes.
Se trataba de la punta de un iceberg que estaba a punto de emerger a la superficie, de algo que quizás pudiera ser mucho más grande de lo que las sombras sobre el mar reflejaban.

Durante los siguientes años, estos fenómenos se reprodujeron, con inusitada intensidad en un par de países, Reino Unido y Nueva Zelanda. En estas ocasiones las conclusiones eran poco claras. Para colmo, los medios no daban mayor importancia al hecho en sí, unos vecinos que decían escuchar un zumbido en las frías en ocasiones y cálidas noches en otras.

De esta forma llegamos al comienzo de este relato, que trata de dar a conocer un acontecimiento, que poco a poco se va expandiendo y llenándose de mitología, mientras, la ciencia, intenta dar luz a un caso, que cada día que marcha impregna el ambiente de mayor misticismo en alguno de los casos rayando, el complot, boicot, es decir, la pura conspiranoia de aquellas personas que no saben ver más allá de lo que sus ojos le dejan ver. Se trata de lo que ellos tildarían como un caso que se cree y luego se ve, creer para ver. Cuando como mínimo debería ser lo contrario, ver para creer, y aún de este modo nos quedaría un largo camino por recorrer para poder observar, y admirar, la verdad que tras este caso pudiera haber, si lo hubiera.

Así llegamos a los años que antecedieron al llamado “Apocalipsis Maya” (Para saber más leer: La Rueda Maya). Donde los casos se reprodujeron como un virus que asola el planeta, una auténtica epidemia. Los medios no desaprovecharían la ocasión para hacerse eco de lo que acontecía, informando a la población de los llamados “Sonidos del Apocalipsis”, años antes, conocido como el “Ronquido de Taos”. ¿Por qué esos titulares? ¿Con qué pretensión?
Lo que tengo claro, es que ante la creciente incertidumbre en la que desde hace unos años se haya el mundo del ser humano, los medios pretendían infundir miedo. Lo que pretendían sacar de esto, ni idea. Eso, queridos míos, pregúntenselo a ellos. Lo cierto es, volviendo al tema, que al contrario de las informaciones que estas proporcionaban hablando de sonidos que nunca antes se habían registrado, los hechos como hemos visto, los sonidos de la Tierra se remontan como mínimo a hace cerca de medio siglo. Los medios de comunicación, las redes sociales, en definitiva, la globalización sería el catalizador para que “The Hum”, comúnmente llamado por los científicos que lo estudia, fuese conocido a nivel global, y gracias a la proximidad de 2012, fuera relacionado con los Mayas. Repito, no tengo la menor idea de quién expandió el rumor de la fecha del fin del mundo, que como todos pudimos comprobar era falsa, y como vimos en post anteriores (para saber más leer: Los Hombres del Maíz Poder y Sangre), nada, absolutamente ninguna evidencia así nos debía hacer pensar, y sin embargo por todo los lados fuimos bombardeados constante, incesantemente. De esta forma, se terminó relacionando “The Hum”, con las trompetas del apocalipsis que anuncian el final en el libro de mismo nombre que podemos encontrar en la Biblia, y como no, con el fin de nuestro mundo, tiempo ha anunciado por los Mayas.

La única verdad que se escondía tras todo esto, es que verdaderamente los sonidos existir, existían. Como he dicho, la prensa hizo muy mal en como vendió todo un circo que fue montado por motivos que se pierden fuera de mi comprensión. Así fue como hoy en día podemos encontrar cientos de vídeos subidos a YouTube, el 90% de ellos falsos, basados en el sonido, real que pudo escucharse en el verano de 2011 en Kiev.
Es cierto, que son más que numerosas las experiencias de personas que dicen haber escuchado este zumbido a lo largo y ancho del planeta, pero no hay nada más sólido como la prueba que el 15 de noviembre de 2006, el Dr. Tom Moir de la universidad de Massey en Auckland, Nueva Zelanda, consiguió registrar. Porque sí, pese a quién le pese, la cuestión existe y se está estudiando, por mucho que algunos intente vender su versión de los acontecimientos, en muchas ocasiones manipulando los mismos, con motivos que como hemos dicho desconocemos.
Las investigaciones realizadas hasta el momento, van desde como hemos comentado ruidos ocasionados por maquinaria u otro tipo de tecnología fabricada por el ser humano, a otros casos más extraños a la vez que plausibles hasta que se llegue a demostrar lo contrario. Son muchos los casos que debemos de hacer saber, han sido resueltos, ya que una vez más se trataría de todo tipo de tecnología realizada por el ser humano, que en determinadas circunstancias, debido en la mayor parte de los casos, a la dirección y velocidad del viento se manifestarían. No obstante, la cuestión reside, cuando estos sonidos son escuchados en los más recónditos rincones del mundo, desiertos, bosques, etc… Donde podríamos decir, gracias a Dios, están exentos, por el momento, de la mano del hombre. Ahí reside el problema. Las hipótesis más aceptadas serían las siguientes:

·         Sistemas de comunicaciones: transmisiones de radio.

·         Meteoritos: Al entrar en la atmósfera y por culpa de la fricción provocaría un sonido de baja frecuencia que sería “The Hum”.

·         Ondas gravitacionales: aunque hasta ahora no se ha podido comprobar la existencia de ellas, existen indicios que así lo constatan. De este modo, esas supuestas ondas, serían captadas por la ionosfera, que al ser retenida por esta, causaría el sonido.

·         Sonidos acúfenos: Se trataría de una enfermedad degenerativa del oído que haría que el paciente creyera oír zumbidos o ruidos extraños, serían reproducidos de manera mecánica en su cerebro de forma imaginaria pese a que el sujeto creyera que lo que escucha es real.

·         ELF: Se trataría como vimos anteriormente de un sistema de comunicación acuático, utilizado sobre todo militarmente por los agentes de la marina de los diversos ejércitos del mundo.

·       Tectónica de placas: Son muchos, quizás la gran mayoría de la comunidad científica que estudia el fenómeno, los que creen que este y no otro es el causante del zumbido. Es más, están convencidos de que estos, los sonidos, ayudarán a entender de mejor manera que se cuece en las entrañas de la Tierra.

·         Tormentas: Se daría, en esta ocasión gracias a la interacción del viento de las tormentas con la superficie del mar, donde se generan olas, y una parte de esta energía se acaba transmitiendo al fondo marino por medio de oleaje de infragravedad. Si llegara a ser verdad, podría darnos pistas del cambio climático.

·         Resonancias Schumann: tendría que ver con los procesos de interacción entre nuestra magnetosfera y la energía que proviene de las tormentas solares.

·         HAARP: Dentro de las hipótesis más conspiranoicas, se encuentra esta. La  High Frequency Advanced Auroral Research Project, o lo que es lo mismo, Programa de Investigación de Aurora Activa de Alta Frecuencia. Se trata de un proyecto que se está llevando a cabo en Alaska. 180 antenas que funciona en conjunto haciendolo como una sola antena que emite 1 GW =1.000.000.000 W, es decir un billón de ondas de radio de alta frecuencia las cuales penetran en la atmósfera inferior e interactúan con la corriente de los elecrojets aureales. Este misterioso proyecto, del cual quizás en alguna ocasión hablemos, está financiado por la Fuerza Aérea y la Marina de los Estados Unidos, la Defense Advanced Research Projects Agency y por supuesto, la Universidad de Alaska.
Son muchas las voces que dicen que el proyecto está destinado a poder controlar el clima del mundo y como no, sería responsable del molesto zumbido.

            Quizás nunca lleguemos a saber a ciencia cierta que, o quienes, son los responsables de este sonido. Lo que podemos dejar claro, es que, más allá de la existencia de cualquier índole, habrá siempre alguna persona con afán de protagonismo. Personas la cuales, muy a mi pesar, actúan por motivos inciertos y tentativamente oscuros.
            Solo nos queda esperar, ver, como creo, que la Tierra nos habla, para nada me es descabellado pensar que el sonido pueda ser una combinación entre la tectónica de placas y la magnetosfera que nos defiende constantemente de los peligros del exterior.

            Pena me da que ya existan medios capaces de manipular la información, para pensar que el sonido viene de ámbitos puramente experimentales, militares. Eso, si llegara a ser verdad sería la caída final de un ser humano en decadencia, más que humano, un ser repulsivo.

            Las puertas a un nuevo misterio han sido abiertas, un sonido que es escuchado en los más recónditos paisajes de la Tierra, un suspiro de ayuda, un aliento de nuestra madre, ¿seremos capaces de escucharlo? ¿Será capaz el hombre de dejar de  jugar con los sentimientos de aquella que nos vio nacer, haciendo pasar estos por otros para acarrear, traer a la humanidad miedo?
            La respuesta de estos interrogantes está en ti, en mi, en cada uno de nosotros. Esperemos que esta voz, este susurro, cure las heridas de un ser que tiene como meta llegar a humanizarse. Podemos cambiar. Somos tierra, parte de ella. The Hum, seguirá aullando hasta que llegue el día que consigamos escuchar su voz.

Comentarios

Entradas populares