Existir


En una partida, sólo vale ganar, la derrota se pagará cara.

 Los soldados se sitúan en sus respectivas posiciones, separadas por tan sólo dos casillas de sus rivales. 
Luz y oscuridad, oscuridad y luz, mentiras y verdades, y nada más incierto que el bando en el que luchas.

 Hoy, yo me levantaré y afrontaré mi propia guerra. Se acabaron las suplicas a Dios, los lloros una vez derramados. La furia contenida hoy se hará libre en el campo de batalla. No siempre el que mueve primero gana. Estaros observando, cavilando mi jugada, viendo cuan fuerte y definitivo será mi próximo golpe, como te recuperaras de un infierno que desato a mi paso. Llamas se reflejan en tus ojos desesperados pidiendo clemencia, inconscientes que atesoran maravillas profundas y tenebrosas que evocan Universos de bellezas infinitas y sin embargo, saben que la victoria es una quimera ante un demonio desatado de las cadenas que lo retenían dentro de un humano. 
Ahora sabes que no se puede vencer al mal, incluso con el bien, la luz que tanto, tantas personas creen poseer. ¿Acaso la oscuridad no existió en mayor tiempo que la luz? Antes del comienzo todo fueron tinieblas, toda la verdad que hubo y habrá fue oscuridad, sin embargo algo ocurrió, salió mal, explotó y la luz empezó a recorrer un espacio insoldable, agreste, vasto, lo que una vez fue verdad, se tiñó de luz, a la que los hombres, insensatos tomaron como la verdad, el bien. 
¿En qué bando lucharás mañana? Nunca se sabe, luz, oscuridad, oscuridad y luz. Todo cuanto se conoce y conocerá se combinó para ver nacer al ser, un engendro dentro del cual se devoran mutuamente buscando un equilibrio que parece imposible, equilibrio de dioses llamaron, sin saber que creaban un depredador de estrellas, un ser lleno de ansia de poder, algo contra lo que no puedes luchar. 
Una fábula, puede. Un sueño quizás. Una pesadilla, tan probable como perceptible. La lujuria de saber, ha sido desatada. Un ser, dice llamarse humano. Alguien como yo. Ahora no me puedes ganar. 
Mientras te tenía leyendo este relato, ya te he ganado, tus fichas se guardarán en un cajón donde cayeron según ellas creían muertas, pero pronto serán puestas sobre un tablero donde se juega a un juego de mortales y donde los dioses las manejan, ellas se creen luz, las otras oscuridad, sin embargo, nadie sabrá cuál de ambas soy yo. 


Mi elección está hecha, ¿y tú, que eliges? ¿Quién eres?


Comentarios

  1. juan exelente poema filosófico, me encanto, te felicito, yo escribo poemas filosóficos, puse un link a tu poema en mi fb, con tu permiso ok? patricio j. ayala

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    1. Por supuesto, muchas gracias por pasarte y tus palabras, un saludo!

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