Grandes Personajes de la Historia: Hispania


            En el siguiente documento analizaremos y estudiaremos las figuras más relevantes de la historia de Andalucía. Para ello, elaboraremos un contexto histórico que englobe las figuras más representativas en las distintas épocas de nuestra historia.
            Abarcar todas las figuras ilustres de nuestra historia es una tarea ardua y que, daría para varios libros, por lo que se tomarán aquellos más representativos.


Edad Antigua

Aunque la región de Andalucía como tal no se configuró hasta el s. XIII, como parte del Reino de Castilla primero y luego como autonomía de España, debemos recordar que la historia de dicho territorio se expande durante siglos atrás en el tiempo.
La posición que ocupa el territorio de lo que hoy conocemos como Andalucía, ha hecho que sea una región atractiva para los hombres desde la Edad de los Metales.
Debemos recordar que además de su cercanía al continente africano, tiene una gran riqueza en diferentes minerales y como tierras propicias para el cultivo. De esta forma florecieron pueblos como Los Millares, El Argar y Tartessos, para más tarde atraer a pueblos asentados en el Mediterráneo como fenicios y griegos, dando lugar a un lazo entre la prehistoria y la historia gracias a la relación entre todos ellos.
Finalmente, con la llegada del pueblo romano entre los siglos II y I a.C., la región sería incorporada completamente a la civilización occidental, produciéndose una romanización pocas veces vistas en el imperio. De esta relación nacieron grandes políticos y filósofos que incluso llegarían a gobernar Roma.
En las próximas líneas daremos un breve repaso a las figuras históricas nacidas en dicho territorio durante la edad antigua, y que de alguna forma, su fama y grandeza han hecho que estos hombres lleguen con vida histórica hasta nuestros días. De ser posible nombraremos libros de primaria dentro de los cuales se pudieran estudiar y, de no ser así, comentarlos.

Tartesos

Debemos poner en relieve el contexto donde floreció Tartesos. Fue durante la Edad de Bronce cuando quizás empezó a darse los primeros pasos de esta sorprendente civilización. Las poblaciones que durante ese periodo poblaba la península, practicaba una economía meramente ganadera, con un papel muy secundario de la agricultura. Se trataría sin lugar a dudas civilizaciones propias que darían lugar a otras más complejas.
Desde principios del siglo VIII a.C., la presencia de los fenicios empezaría a manifestarse dentro de la cultura y civilización tartésica. Podemos constatar en numerosas esculturas una mezcla entre ambas culturas. Probablemente los mercaderes fenicios vendieran preciadas piezas a los tartésicos, los cuales copiarían en posteriores realizaciones. De la misma manera los fenicios quedaban encandilados por el esplendor de Tartesos y exportarían a otras partes del mundo su impronta.
Durante la época de esplendor de la cultura tartésicas podemos asegurar que en el Mediterráneo se vivió por así decirlo, una pequeña globalización. Pronto los griegos llegarían a la península, y la mezcla entre culturas, principalmente fenicias y griegas se haría más patente que nunca.
Los griegos trajeron consigo imágenes de sus dioses, inspirados en parte en la cultura mesopotámica e incluso egipcia, lo que hace en ocasiones más que difícil dictaminar donde o cuando se originó tal pieza.
Para finalizar, a modo de síntesis, podríamos concretar, que durante el esplendor de Tartesos, se vivió épocas de riqueza en el Mediterráneo y que a su vez hizo que el contacto entre culturas fluyera de tal forma que en ocasiones quedarían fusionadas en sus representaciones materiales.

Argoantonio

Su nombre significa Hombre de Plata.
Poco sabemos realmente de él, aunque es el único rey tartésico del que tenemos referencias históricas. Se sabe con seguridad que fue muy longevo, aunque las referencias que nos hacen historiadores griegos o romanos como Herodoto o Plinio el Viejo (para saber más, leer: El Enemigo de Roma) hace pensar que más que un rey fue una dinastía que gobernó Tartessos durante cierto tiempo. Según Herodoto (para saber más, leer: Gizeh y las Grandes Pirámides) gobernó durante 80 años y murió con 120 años, cosa, aunque posible, muy improbable. Por su parte Plinio (para saber más, leer: El Gran Enigma de Antikythera) le data con vida hasta los 150 años…
Existen tesoros que se le atribuyen durante su reinado en periodos que oscilan entre tres siglos de diferencia, por lo que los historiadores impulsados por lo que saben, y lo que comentamos con anterioridad piensan que más que un solo individuo fuera una dinastía.

Roma

Sin lugar a dudas Tartessos fue la civilización más rica en todos los aspectos que floreciera en la península, sin embargo, como hemos dicho, pronto llegarían fenicios y griegos que intercambiarían rasgos culturales con estos. Pronto, Cartago fijaría su mirada hacia esta tierra tan rica, y, de esta manera se establecerían a lo largo de las costas del Mediterráneo.
Pronto, el avance enérgico de Roma llegaría a lo que ellos llamaron Bética, sin embargo, los cartagineses guiados por generales como Aníbal o Amílcar Barca, harían frente a las hordas enemigas. De esta manera se produjeron lo que conocemos hoy en día como las guerras púnicas, dentro de las cuales, Cartago en un arrebato de locura y destreza a punto estuvo de arrebatarles todo a los romanos, sin embargo, los romanos se repondrían pronto y prácticamente aniquilaría a todos los cartagineses.
Dentro de esos episodios Roma se hizo con Hispania, no obstante, no todos los pueblos que habitaban en él recibieron de la misma cordial manera a la cultura romana como lo hicieron en la Bética.
La Bética estaba tan romanizada que se le dio el título de territorio Senatorial, es decir, se trataba de una provincia que dependía directamente del Senado y cuyos ciudadanos, tenían el título de romanos libres, como cualquier ciudadano que viviera en Roma.
La capital de la Bética sería Córduba, y, dentro de dicho territorio nacerían grandes nombres que participarían en el sino de Roma.

Séneca

Nacido en los últimos años antes de Cristo, en Córduba, Séneca sería el precursor del pensamiento cristiano. Tras estudiar retórica y filosofía en Roma, Séneca el Joven, como hoy se le conoce, quedó profundamente influido por las enseñanzas de los estoicos, cuya doctrina desarrollaría en lo sucesivo, cuyas bases desarrollarían lo que hoy conocemos como cristianismo.
Además de filósofo y político, fue orador,  y escritor romano, hijo de Marco Anneo Séneca, fue Cuestor, Pretor y Senador del Imperio Romano durante los gobiernos de Tiberio, Calígula, Claudio y Nerón, del que fuera ministro además de maestro.
En el año 49 d. C. Séneca se convertiría en pretor y sería nombrado tutor de Nerón, hijo adoptivo del emperador Claudio. Hacia el año 62, Séneca perdió todo  control sobre el emperador. La gran fortuna que Séneca había logrado acumular para entonces despertó los celos de Nerón, que intentó infructuosamente envenenarlo.
Publicó varios libros, aunque  cabe destacar las obras De Ira y De Vita Beata. Maestro de uno de los emperadores más detestados por la historia como fue Nerón, aunque según las fuentes lo hizo de manera obligada.
Senador romano y a pesar de estar ligado al poder era muy crítico con el mismo. Como consejero del emperador contribuyó a organizar el imperio y la ciudad de Roma. Moriría en Roma en el año 65.

Trajano

Corría el año 69, cuando el emperador Nerón, discípulo que fuera de Séneca se suicidaría, dejando a Roma en una situación institucional muy complicada.
Cuatro generales, Galba, Otón, Vitelo y Vespasiano, se disputarían el trono de los Césares, siendo finalmente el último de los dichos el que triunfa y, por consiguiente premia a todo aquel que luchó en su causa, entre los cuales se encontraba el padre de Trajano, y, por lo que, su familia, pese a no ser nacido en Roma, se le da el título de clase senatorial.
A pesar de este ascenso, no es suficiente para que un no nacido en la Roma Imperial gobierne, por lo que se tendrán que suceder varias décadas para que, en un giro radical, Trajano suba al olimpo de los elegidos como Césares.
Tras Vespasiano, le sucede su hijo Tito, a este, su hermano Domiciano, que, para muchos representaría el número de la bestia el 666, y que, para encarnar al maligno empieza una sangrienta persecución contra cristianos y algunos de sus senadores. Y es que 666 en números romanos equivale a DCLXVI, las iniciales de la frase latina Domitianus Caesar legatos Xti viliter interfecit, es decir: “Domiciano César asesinó vilmente a los legados de Cristo”.
Para deponerlo se suceden varios golpes de estado que fracasan, sin embargo, el del año 96 triunfará y será depuesto para dar paso a Nerva, aunque, los partidarios de Domiciano se revelarían contra el nuevo emperador, que, acorralado, piensa en la figura en ese momento más respetada en todo el imperio por las batallas ganadas, en el Rin y partos en Oriente, ese hombre era, Marco Ulpio Trajano.
Trajano sorprendería al mundo por sus dotes de líder y buen administrador, siendo una de sus primeras órdenes la de ejecutar a todos los pretorios de Domiciano, y pactando con el Senado.
Entre sus medidas se encuentra una que es acogida por el pueblo con los brazos abiertos. Roma se hallaba en un estado de crisis, quiebra, y, en vez de subir los impuestos, recurre a una devaluación de la moneda, al tiempo que emprende una  cruzada contra senadores y gobernantes de provincias corruptos, los cuales, son obligados a demás de devolver todo el dinero robado, a ser desterrados de tierras romanas.
Recorta gastos en las altas estancias, sin embargo promueve un programa de distribución de alimentos entre los más necesitados en el imperio. Decide hacer público los gastos de la familia imperial, y, predica con el ejemplo, yendo andando junto con sus soldados a las batallas, y, colocándose en primera línea de la misma. Así mismo, hace que su médico personal atienda a los heridos. De esta manera se acerca al pueblo forjándose un respeto entre propios y extraños.
Entre sus grandes victorias como general ganaría allí donde su predecesor perdió, en el Danubio.
Consciente de sus propios defectos, que fueron agudizados con sus años en el poder, ya que era un gran bebedor y amante de las mujeres y otros placeres, decide que nadie debe ser perseguido por sus creencias, dejando en el terreno de lo privado lo que haga cada uno con sus creencias.
Donde no cede es en la extensión de sus fronteras, donde Trajano dará un duro golpe con sus legiones conquistando, Armenia, Mesopotamia y Partia. Con él en el poder se generaría la máxima expansión del Imperio romano en toda su historia.
Ordenaría para realzar sus hazañas, la construcción de la Columna de Trajano, un monumento decorativo donde se relatan todas sus victorias, y que, hoy, podemos encontrar en el Foro de Trajano, cerca del Quirinal, al norte del Foro Romano.
Pasa el tiempo, y, la gran extensión del Imperio, hace que los senadores empiecen a desconfiar del emperador, ya que, creen que tal tamaño empezará a crear problemas. Y, se crean, ya que los judíos se revelan en Chipre y Cirene, entretanto, Trajano sufriría un ictus que lo dejaría inválido. No obstante, Trajano es listo, y ordena a un hombre de su confianza, Lucio Quieto, uno de sus mejores generales, que sofoque las revueltas.
Poco tiempo después, en el 117, Trajano moriría sospechosamente.
A su muerte, Trajano sería reconocido con los siguientes honores, Imperator Caesar Divi Nervae Filius Nerva Traianus Optimus Augustus Germanicus Dacicus Parthicus Pontifex Maximus Tribuniciae Potestatis XXI Imperator XIII Consul VI Pater Patriae.
Un emperador que durante siglos sería considerado como Optimus Princeps, como el mejor de los gobernantes posibles.

Adriano

Nacido de la dinastía de los Antoninos, en el año 76 y, procedente de una familia de Itálica, que había alcanzado el rango de senatorial, quedaría huérfano a los ocho años, por lo que sería acogido por Trajano para el cuál era sobrino segundo. De este recibiría una esmerada educación y protección.
Este, acompañaría a Trajano en numerosas batallas como la guerra de Dacia, siendo luego nombrado gobernador de Panonia Inferior, luego cónsul y más tarde gobernador en Siria.
Su subida al poder sigue siendo un misterio. Aunque, sabemos que Adriano había forjado una gran amistad con la emperatriz Plonia, es difícil comprender como llegó a ser emperador. No obstante se especula, que Adriano mantenía una relación amorosa con Plonia, que cansada de los desmadres de Trajano, finalmente conspiraría contra él.
A ciencia cierta no sabremos nunca si Trajano fue asesinado por su mujer, aunque las evidencias hacen pensar en ello, ya que, tras su muerte, Atiano, tutor de Adriano, acabaría con la vida de Lucio, el cuál era mirado con malos ojos por este. Por su parte, se piensa que Plonia falsificó ciertos documentos para que Adriano se hiciera con el trono de Roma.
Entre las primeras decisiones de Adriano se encuentra las de retirar las legiones de Partia, Mesopotamia y Armenia. Además, nombra senador a Atiano, pese, a que en un primer momento niega haber dado cualquier orden a este de asesinar a Lucio.
Para asegurarse el apoyo del ejército les aumentaría la paga. Por otra parte durante todo su mandato tendría serias disputas con el Senado, ya que no desempeñaba un consulado ordinario. También suscitaron protestas las reformas administrativas, aunque hay que decir a su favor, que las modernizó, ascendiendo a numerosos expertos y tecnócratas, lo que supuso que muchas secciones quedaran en manos de estos individuos. Debido a esto, la élite senatorial y aristócrata vería mermada su influencia.
Bajo su reinado florecería la paz y la prosperidad entre la población. Adriano dedicaría parte de su vida a viajar y conocer todo su Imperio, para de este modo, poder tomar las decisiones más consecuentes en lo que se refiere al apartado militar.
Una de sus más destacadas y conocidas obras sería la de levantar un muro que separara su imperio de la frontera de Britania entre los años 122 y 132, hoy lo conocemos como el muro de Adriano.
Pese a ser conocido como embajador de la paz, Adriano castigaría con mano dura a todo aquel que se le opuso, haciendo que desde el Senado se le viera como un ser tiránico y de artes dudosas.
Cabe destacar que, a su muerte, en el 138, desde Roma se alzaran insultos y protestas en contra de su memoria, este, sería enterrado casi en secreto y el Senado intentaría prohibir su apoteosis, es decir, su proclamación póstuma como Dios, sin  embargo, la intervención de su sucesor, Antonino Pío, haría que este hecho jamás se produjera y se le ofrecieran unos dignos funerales.

Teodosio

Nacido en el 347 en Hispania, se discute su lugar de nacimiento. Aunque al parecer todo hace indicar que nació en Cauca, actual Coca en Segovia, otros estudios postulan que lo hizo en Itálica.
Como no se tiene claro esta pesquisa, comentaremos sobre él, que sería el último emperador que gobernaría lo que después conoceríamos como las dos Romas, es decir la parte Oriental y Occidental de Imperio.

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