Filovirus, Marburg: Orígenes


            El cargamento del millar de monos que iban destinados a los laboratorios farmacéuticos de Marburgo, iba a desencadenar una serie de hechos que darían lugar al descubrimiento de uno de los tipos de virus más letales con los que el ser humano había tenido que luchar. Era el verano de 1967 cuando el cargamento llegaría a la ciudad para que en los laboratorios pudieran producir la vacuna contra la polio, enfermedad que afecta fundamentalmente al sistema nervioso, a partir de células de riñón procedente de los primates.
            Los primates en cuestión pertenecían a la especie Cercopithecus Aethiops, importados por la compañía de Marburgo, Behringwerke, la cual había sido fundada por el ganador al Premio Nobel de Medicina, Emil Von Behring, descubridor de las antitoxinas del tétanos y la difteria, por lo que en un principio la compañía que por aquel entonces era propiedad de Hoechste AG, compañía química que acabaría sus días tras más de 141 años en 2004, se dedicaba a desarrollar sueros contra el tétanos y la difteria.

            Los monos, infectados, fueron manejados por el personal del laboratorio, siendo enviados el cargamento a la ciudad de Frankfurt, también en Alemania y Belgrado en la antigua Yugoslavia. Aquellos que trataron con los monos, estuvieron expuestos a todo tipo de flujos corporales de los primates. Tras el paso de un periodo de 3-9 días, parte del personal empezó a desarrollar una fuerte cefalea frontal y temporal acompañada de malestar general y mialgias. Algunos de los infectados empezaron a desarrollar conjutivitis, y la fiebre en la mayor parte de las casos superó los 39ºC. Hacia el tercer día de incubación, un dolor abdominal acompañado de diarrea, náuseas y vómitos acompañó al personal de laboratorio de las tres ciudades. Algunos de los cuales empezaron a presentar síntomas neurosiquiátricos. Hacia el quinto día, la disfunción de múltiples órganos unido con la insuficiencia hepática hace saltar las alarmas, se empieza a sospechar de los monos traídos desde Uganda, hacen pruebas sanguíneas a personal y monos descubriendo para sorpresa de todos un virus jamás visto, su nombre, Marburgvirus del Lago Victoria.
            De los 25 miembros de los diferentes laboratorios que contrajeron la enfermedad, 7 perecerían entre la manifestación hemorrágica por los órganos de sus cuerpos. Mientras, de manera indirecta, otras 6 personas empezarían a desarrollar la enfermedad, dos de ellos médicos de aquellos que atendían a los pacientes primarios del virus, dos de las enfermeras que ayudaba a los cuidados, un ayudante de autopsias de aquellos que perecieron, y la esposa de uno de los veterinarios que estudió a los macacos, por fortuna, ninguno de ellos perdieron la vida.

            Cuando la tormenta pasó, las cepas obtenidas del virus fueron estudiadas. Se trataba de una categoría de virus que fue denominada filovirus, cuyas características son partículas filamentosas largas que tienen un diámetro constante, en una longitud variable entre los 800 a 14000 nm y con un diámetro que no superaba los 80 nm. Dentro de la nucleocápside que envuelve el material genético, se situaba una molécula de ARN de polaridad negativa con una envoltura que presentaba simetría helicoidal. Según los estudios el virión contenía 7 proteínas estructurales.
            Como se pudo saber más tarde, el periodo de incubación, intervalo entre la infección y la aparición de los síntomas, oscilaba entre los 2 y 21 día. También se supo que la enfermedad se propagaba a través de los fluidos corporales, incluyendo: sangre, excrementos, saliva y vómitos. Desafortunadamente, no se ha llegado a encontrar cuál es su reservorio natural, aunque, posiblemente fueran algunas especies de murciélagos de la fruta, concretamente se sospecha de la Rousettus Aegyptiacus, no habiendo podido ser verificada con claridad en estos 48 años.




            En prácticamente una década el filovirus desapareció sin dejar rastro. Fue en 1975, cuando tres personas de Johannesburgo, Sudáfrica, contraían la enfermedad, causando la muerte de uno de ellos. Pasaría un lustro para detectar casos similares. Entre 1980 y 1987 dos ciudadanos europeos serían infectados tras visitar la cueva de Kitum en Kenia, ambos fallecieron. Sin embargo, uno de los casos más importante sucedería a finales del siglo pasado entre 1998 al año 2000, donde 128 personas perderían la vida de un total de 154 infectados en la República Democrática del Congo.

            Hasta la fecha se han producido numerosos brotes, teniendo una tasa de mortalidad entre el 23% del primer contagio al 88% que causó la infección en Angola en el año 2005.

Año
País
Subtipo de Virus
Casos
Muertes
Tasa de Letalidad
2008
Holanda (ex Uganda)
Marburg
1
1
100%
2008
EEUU  (ex Uganda)
Marburg
1
0
0%
2007
Uganda
Marburg
4
2
50%
2005
Angola
Marburg
374
329
88%
1998-2000
República Democrática del Congo
Marburg
154
128
83%
1987
Kenia
Marburg
1
1
100%
1980
Kenia
Marburg
2
1
50%
1975
Sudáfrica
Marburg
3
1
33%
1967
Yugoslavia
Marburg
2
0
0%
1967
Alemania
Marburg
29
7
24%
Cronología principales brotes de Marburg
           

            El nombre del virus sufrió cambios taxonómicos aceptados en 2013, de este modo, el Marburgvirus del Lago Victoria, pasó a llamarse Marburg, representando a la única especie de los dos virus individuales que se conocen del mismo, el Marburgo y el Ravn.

            En la actualidad, la muerte de un radiólogo de 30 años en Kampala, tras 11 días de larga agonía, donde el paciente sufrió temperatura extrema, diarrea, vómitos y sangrados en la capital de Uganda, el pasado 28 de Septiembre, ha hecho saltar de nuevo las alarmas ante un nuevo brote de Marburg, aunque, por el momento se mantienen aislados a unas 80 personas que estuvieron en contacto con la víctima a espera de los posibles diagnósticos.
            Unos diagnósticos que sólo puede establecerse en los laboratorios mediante diferentes pruebas:

·         Inmunoadsorción enzimática (ELISA).
·         Detección de antígenos.
·         Neutralización.
·         Reacción en cadena de la polimerasa con retrotranscriptasa (PCR-RT).
·         Aislamiento del virus mediante cultivo celular.

            Aunque por desgracia, tras el diagnóstico la enfermedad sólo puede ser tratada gracias a sostenes intensivos, ya que por el momento no existe vacuna para curarla, ya que los nuevos tratamientos farmacéuticos se encuentran en fase de investigación y podría tardar años en darse con una vacuna segura.


            Así fue como el mundo conoció la existencia de los filovirus. Unos agentes causantes de las fiebres hemorrágicas más atroces que hayamos visto. Quizás lo más terrible sea que el dicho, “cuando las cosas van mal, recuerda, aún pueden ir peor”, iba a verse cumplido, en una nueva amenaza que surgía en Zaire, antigua denominación a la actual República Democrática del Congo, a las orillas del río Ébola (para saber más, leer: Filovirus, Ébola: Orígenes), en 1976...

Comentarios

  1. Excelente e instructivo artículo. Gracias por compartir :)

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    1. Muchas gracias por su comentario, me alegro que le gustase! Un saludo! =)

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