El Ocaso de la Luz
Es
curioso cuanto menos observar, que durante las últimas décadas la energía solar
que llega a nuestro planeta ha ido disminuyendo, pero entonces surge la
pregunta, ¿cómo se produce entonces el calentamiento global?
Este
efecto conocido como Oscurecimiento Global, fue observado por ver primera por
Gerry Stanhill, que comparando los registros realizados allá por la década de
los 50, veinte años más tarde, constataba que la cantidad de luz solar se había
reducido notablemente, en alrededor del 1 - 2% por cada década transcurrida.
Sin embargo, su estudio pasaría desapercibido por la comunidad científica.
Sin
lugar a dudas, lo más inquietante de dicho descubrimiento, era advertir que la
Tierra en vez de enfriarse, que era lo que razonablemente debería suceder si no
llegaban los rayos solares hasta la superficie, se estaba calentando, ¿cómo era
esto posible? La respuesta la encontrarían en los mismos artefactos que hacían
que el cielo se estuviera oscureciendo, es decir, los gases de efecto
invernaderos.
La
combustión del carbón y el petróleo, no produce sólo dióxido de carbono, responsable
del efecto invernadero, sino también pequeñas partículas de hollín, ceniza y
compuestos de azufre. Todas estas partículas devuelven la luz solar al espacio
y afectan a las propiedades de las nubes. Las partículas se convierten en
núcleos de condensación de agua, por lo que las nubes contaminadas reflejan
mucha más luz solar, que no llega a la superficie de la Tierra. Todos esos
ingredientes serían los causantes del aumento de la temperatura global y por
paradójico que pareciera, los mismos que han hecho que ese aumento no sea aún
mayor, ya que refleja parte de la energía solar que nos calienta hacia el
espacio. No obstante, los rayos que logran alcanzar la superficie permanecen en
ella atrapado por estos mismos compuestos de efecto invernadero.
Por
lo que llegamos a una conclusión trágica, el calentamiento global, no ha sido
tan intenso debido a la disminución de luz solar, es decir, el oscurecimiento
global ha contrarrestado los funestos efectos del mismo.
En
los últimos años, se ha podido constatar que la situación ha mejorado un poco. Los
datos de los últimos años apuntan a que esta reducción de la luminosidad en la
superficie terrestre es menor, y se ha relacionado con el mayor control sobre
las emisiones de aerosoles a la atmósfera en los países desarrollados.
Por
otra parte, parece increíble que gran parte de la comunidad científica diera y
puede que siga dando la espalda a estos estudios suficientemente demostrados
como para que adquiera nuestro interés. Nos hace pensar en el mundo globalizado
y tan sujeto a las economías, y que en definitiva, son estas mismas las que
sustentan de una u otra forma los avances de la ciencia en uno u otro
determinado ámbito de sus estudios. Lo que sí podemos decir, es que todo se
debe al dinero, y que más que buscar el bien común del planeta, en la mayor
parte de las ocasiones se desvirtúan los estudios para dar cabida a una mayor
capacidad económica para seguir estudiando puntuales casos, qué como digo,
interesan más a esas economías que sostienen esas investigaciones que el bien
común de nuestra especie y planeta.
Deberíamos
reflexionar sobre ello, ya que creo que ese, en definitiva, es el talón de
Aquiles en la mayoría de defectos que tenemos nosotros como especie, el afán
por lucrarnos, nuestro individualismo y acomodo de pensar que sí nosotros
estamos y vivimos bien, bien poco nos importará lo que suceda a la vuelta de la
esquina o allende los mares, esa y no otra, debería ser nuestra lucha,
desatarnos de esa cadena que tiene por nombre dinero.
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